16.10.13

Mi vida como mamá - Parte I

En entradas anteriores les prometí que les contaría lo que ha sido para mi este año, 3 meses de maternidad... bueno, un poco más si contamos desde que supe que "gusarapito" (así lo llamábamos cuando estaba en la panza) venía en camino.

Todo empezó en el 2011... nos fuimos de vacaciones a Estados Unidos Jorge, mi mamá y yo. Fue un viaje super especial, creo que en mucho tiempo no nos habíamos reído tanto. Yo pasaba con sueño todos los días, todo el día. Pensaba que estaba tan relajada en mis vacaciones y totalmente desconectada del mundo que eso provocaba que tenga tanto sueño. Jamás se me pasó la idea por la cabeza que estaba embarazada.

Cuando regresamos, pasó como una semana y un día me desperté de golpe, pensando "oh, oh". Jorge estaba de viaje por trabajo, así que me hice un test casero y salió positivo. Recuerdo que me vi en el espejo y me quedé en blanco. Ese mismo día me hice un examen de sangre para confirmar si era cierto lo que había visto. Tuve que esperar como 4 horas para el resultado, hasta que finalmente me lo dieron y era positivo! No sabía si llamar a Jorge ese momento o esperar a que llegue y darle la sorpresa, pero aún faltaban como 2 días y no podía aguantar más las ganas de contarle! Así que tomé una foto a los tests y le mandé un mail diciendo "hola papi!". Creo que Jorge se quedó igualmente en blanco y automáticamente me llamó. No podíamos de la felicidad y lo único que quería era estar junto a él y darle un abrazo inmenso. Finalmente, nuestro deseo se cumplía...

Cuando Jorge regresó, yo ya había sacado cita con mi médico y fuimos a la primera cita. Recuerdo que le dije: "doctor, creo que estoy embarazada" y él me dijo: "cree? usted está embarazadísima!". Esa noche, volvimos a casa y llamamos a nuestras mamás y a mis hermanas para darles la noticia. Fueron diversas las reacciones, unas más efusivas que otras, pero todas llenas de inmenso cariño y mucha expectativa por "gusarapito".

Y bueno, como no pueden faltar las respectivas preguntas: "qué quieres que sea?" y yo siempre respondía: "me da igual, lo único que quiero es que nazca sano". En mi interior, desde el inicio, tuve el feeling que era niño. Y bueno, esperaba que así sea porque en mi familia somos puras mujeres! Así que ya era hora que venga alguien del sexo opuesto!

A las 12 semanas tuve una ecografía y el doctor me dijo que había 90% de probabilidad que sea niña. Honestamente no supimos como reaccionar, pero luego nos empezamos a imaginar cómo sería y nos entusiasmó muchísimo la idea. Ya teníamos pensado qué nombre iba a tener; la verdad, fue muy fácil decidirnos.

En la siguiente ecografía el doctor nos dice que es niño... casi nos infartamos! Nos recontra que confirmó cuando nos dice "miren, aquí están las bolitas" ...yo no podía ver nada ese momento porque realmente me quedé en blanco! Así que salimos de la consulta y borrón y cuenta nueva! Esta vez, elegir el nombre nos costó muchísimo, no quería comprar nada hasta más adelante y que me reconfirme que era niño, así que prefería ver cosas color neutro "por si las moscas".

A pesar de tener algunos episodios de migraña muy fuertes, un par de ellos tuve que ir a la emergencia de la clínica, tuve un embarazo excelente. No supe lo que era tener nauseas en la mañana o ascos con los olores (a excepción del atún y ver el pollo crudo).

Hicimos el curso pre-natal que fue una linda experiencia y nos despejó muchas dudas. Yo me preparaba para tener un parto natural y teníamos todo planificado para ese día tan especial.

Cuando voy a mi ecografía de control, el doctor me dice que había perdido líquido amniótico y la placenta estaba envejeciendo. Eso produjo que el bebé había dejado de crecer hace 3 semanas y me programó para una cesárea en 3 días. Al día siguiente tuvieron que hacerme un monitoreo a mi y al bebé. Cuando me ponían los aparatos sobre la panza, creo que fue el minuto más largo de mi vida porque no encontraban los latidos hasta que finalmente se oyó un sonido rítmico y muy rápido... creo que fue música para mis oídos!

Y así, a las 32 semanas, viernes 13 de Julio de 2012, nos dirigíamos a la clínica para tener en mis brazos por primera vez a mi bebé. A las 4 pm me suben a quirófano para prepararme y a las 4:42 pm escuché el llanto de Xavier Andrés. No pude tenerlo enseguida a mi lado porque el pediatra neonatólogo tenía que examinarlo y saber exactamente si había sufrido algún problema.

Desde antes que suba al quirófano le dije a Jorge: "en cuanto nazca el bebé, no te despegues de él. Déjame a mi con los médicos y tu detrás del pediatra". Y así fue. Luego me enviaron a sala de recuperación pero creo que mi deseo por ver a mi hijo era tan grande que lo único que quería era salir corriendo y le decía a las enfermeras "estoy bien, estoy bien". Una hora más tarde me bajaron a la habitación y horas más tarde tuve a Xavier Andrés en brazos. No puedo describir la sensación. Estaba asustada porque aún no sabíamos su condición, feliz porque finalmente estaba con nosotros y llena de esperanzas por la vida plena que le espera (al menos, creo que eso deseamos todos los padres).

Al día siguiente, el pediatra habló con Jorge y conmigo. Xavier Andrés había nacido con una desnutrición muy grande debido a que perdí líquido y él dejo de alimentarse y crecer. Teníamos que esperar que le hagan algunos exámenes y cada día había alguna novedad: que si tuvo una baja de azúcar, la bilirrubina muy alta, etc... estuvimos una semana en la clínica y cuando el doctor nos dio el alta, por poco salimos corriendo. Lo único que queríamos era llegar a casa y dejar atrás todos esos días tan estresantes, tan llenos de angustia, lágrimas, etc.

Y así fue. El 19 de Julio llegamos a casa con nuestro chiquitín. Toda una aventura nos esperaba!

Tenía que ser muy estricta con los horarios de alimentación de Xavier Andrés para evitar que tenga otra baja de azúcar. Desde que salimos de la clínica, decidí ser mamá canguro y debo decir que es una experiencia hermosa. Agotadora en el sentido que no puedes acostarte y dormir como quisieras, pero el hecho de pensar que eso beneficiará a tu bebé te hace olvidar cualquier cosa.

Lo que más me costó fue la lactancia materna. Nadie te dice lo agotadora que puede ser... y lo es! Pero nuevamente, el pensar que era lo mejor para él, me hacía sacar fuerzas de donde no tenía. Él se alimentó 100% con leche materna hasta casi los 7 meses de edad, momento en que solito decidió que no quería más.

A los 3 meses de edad, Xavier Andrés pasó a dormir solo en su cuarto. Los primeros meses durmió a mi lado en su moisés (herencia de sus tías y mamá), pero él ya quería voltearse, así que decidimos que era hora de pasar al siguiente nivel. A mi me costó muchísimo esa pequeña separación, pero con los días pude llevarlo bien. Hasta los 6 meses, él se despertaba una vez en la noche para comer. Así que me levantaba hasta su cuarto, lo sacaba de la cuna, le daba de lactar y se volvía a dormir.

La primera vez que durmió la noche completa fue maravilloso! No pensaba que algo así produzca tanta alegría! Y bueno, cada día que pasaba mi enano iba logrando más cosas y empezaba a ver cómo crecía a la velocidad de la luz. A partir de ese momento sentía que el tiempo pasaba muy rápido, no así los primeros meses que fueron de absoluta tensión y angustia. Creo que recién a los 6 o 7 meses de Xavier Andrés pude decir con tranquilidad "mi hijo no tiene ningún problema, está sano".

Continuará...

Sesión de fotos por Ale Tabarez


Sesión de fotos por Ale Tabarez


Sesión de fotos por Ale Tabarez


Así de chiquita era su manito


Patita asoleándose

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